viernes, 21 de octubre de 2011

Juan & Juan, Logroño

El restaurante Juan & Juan de Logroño ha cambiado de ubicación tres veces en los últimos años, siempre dentro de la zona centro. Y durante todos estos años, ha mantenido su cocina en la que integra la tradición con las nuevas tendencias. Actualmente se encuentra en la calle Sagasta, muy cerca de la intersección con Portales.

Reservamos una mesa para 6, y aunque llegamos un poco tarde, nos la tenían guardada. El restaurante está muy bien decorado, las paredes son de piedra y en los accesos al servicio tienen una importante bodega de vinos. Los camareros son mejicanos, muy atentos y amables.

Pedimos para picar una ensalada templada y una de espinacas, pimientos rellenos de carne y carpaccio de berenjenas con queso. El camarero nos indico que quizá era poca comida, pero como íbamos a pedir un segundo, lo dejamos así. Empezaron a traer los platos, y aunque con muy buena presentación, muy escasos de cantidad. Las ensaladas eran poco más que un bol, los pimientos solo iban 3 por ración y el carpaccio de berenjena, tocamos solo a una rodaja por persona. Pensamos que por el precio de las raciones, que no es barato, podrían poner algo más de cantidad (6€ cada ensalada, 8€ cada 3 pimientos y 8€ las berenjenas).

Para beber pedimos agua mineral (2,50€ cada botella) y un par de botellas de Murice (13€), un rioja crianza que no conocíamos y que estaba bueno.l.

De segundos pedimos un poco de todo, Raviolis rellenos de setas (8€), Rissoto de setas(8€), Bacalao(13€), Chuletillas de cordero (15€), parrilada mixta (9€)y fajita de pollo (8€). De todo ello, lo que realmente destacaba era los raviolis de setas, con un sabor muy logrado. El resto de platos de un tamaño adecuado, bien presentados, pero nada especial.

En los postres, pedimos flanes de queso (5€), helado de chocolate amargo con sal (5€), sorbete de limón (3€)y brownie con helado de vainilla (5€). De los postres destacar el helado de chocolate con sal por su originalidad y el flan de queso por su sabor.

Además algunos tomaron café (1,75€), y la casa nos invitó a unos chupitos. la cuenta ascendio a 148€, por lo que tocamos a 25€ con persona, que no es caro para una cena con vino, postres y café, aunque hay que decir que solo nos cobraron una botella de vino, de las dos que tomamos.

En definitiva un buen restaurante, acogedor, con amplia y variada carta de platos, buena presentación y servicio,  y no muy caro. En el centro de la ciudad y con una aceptable variedad de vinos. Como notas negativas señalar lo escasos que son algunos platos, como por ejemplo las ensaladas, y el nivel de iluminación que es un poco bajo.

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